Los tecnofóbicos tienen unas vidas que están siempre al límite del pánico: sudan, se tornan ansiosos, tratan de evitar el contacto con los dispositivos a toda costa y pierden la paciencia.
Encontrar un tecnofóbico en estado puro es todo un desafío. Sin embargo, para hallarlo es posible reunir el rompecabezas de las actitudes que los delatan y caracterizan. El tecnofóbico se caracteriza por su rechazo a todo aquello que significa tecnología y avances electrónicos. Esta fobia abarca a los ordenadores, los móviles, las cámaras digitales y todos los demás elementos tecnológicos del mundo actual.